miércoles, 7 de mayo de 2008

Nivel morfosintáctico

En las lenguas orales la forma que adoptan los procesos morfosintácticos está íntimamente unida con la organización lineal y temporal de sus unidades léxicas. Sin embargo, los signos en las lenguas de signos se realizan moviendo las manos en el espacio; son estos dos mecanismos: espacio y movimiento, lo que estas lenguas utilizan en sus procesos morfosintácticos. Algunos de los procesos flexivos que podemos ejemplificar de la LSE son los siguientes:

- Flexiones para indicar la persona en relación al verbo (pronominalización): el uso estructurado del espacio es lo que sirve para diferenciar entre: “yo le pregunto a él”. “el me pregunta a mí” o “ella te pregunta a ti”.

- Flexiones para indicar el número: los verbos se flexionan modificando su movimiento y orientación. Así, por ejemplo, si el verbo es singular tiene un movimiento hacia un único lugar el espacio, hacia dos lugares se trata de dos personas, y si es mutiple, son muchas personas.

- Flexiones para indicar el aspecto temporal: son utilizados para indicar si la acción del verbo es duradera o puntual.

- Flexiones que permiten diferenciar entre el sujeto y el objeto: en la lengua oral se puede intercalar la posición del sujeto y del objeto, por ello, en el lenguaje de signos se desarrollan mecanismos sintácticos que permiten indicar, por ejemplo, en una frase donde aparecen dos personas de edades diferentes.
- El orden de los signos en las frases: existe cierta libertad en el orden de las frases exceptuando a las frases interrogativas, donde la partícula interrogativa ocupa el primer y el último lugar de la frase, y las negativas, en las que el “no” aparece detrás del verbo.

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